Gossip Girl

Este adictivo drama adolescente está lleno de niños y adultos que se vuelven malos. Los sofisticados personajes, ávidos de etiquetas, no tienen ningún problema en que les sirvan martinis en hoteles de lujo o en fumar marihuana durante los paseos por el parque. Sus padres rara vez son una buena influencia, ya que muchos son egocéntricos y se centran en sus propios problemas. Las madres parecen especialmente celosas de sus jóvenes hijas: una incluso le dice a su hija adolescente que nunca será tan guapa ni tan delgada como ahora, así que debería aprovechar al máximo este tiempo.

Todo es muy excitante y adictivo, pero los adolescentes seguramente recibirán mensajes confusos de la serie. Las puñaladas por la espalda se presentan como un deporte social; los personajes gastan dinero como locos, beben, fuman y se drogan en limusinas y clubes, y en general se lo pasan en grande con pocas repercusiones. No es el mundo real, pero parece seductor. Se trata de un divertimento culebronesco que puede no ser prudente para los preadolescentes, pero sí para los adolescentes. Si se presentara con un guiño y una carcajada, sería mucho más interesante; tal como está, se toma a sí misma demasiado en serio.