Sin palabras

Es raro -quizá sin precedentes- que una comedia de máxima audiencia aborde el tema de la defensa de las personas con necesidades especiales. Pero es aún más raro hacerlo con tanta habilidad que te olvides de que te están educando. Y ahí es donde Sin palabras destaca realmente, transmitiendo un mensaje serio junto a una comedia inteligente que te hace reír y, lo que es más importante, te hace pensar. Es lo mejor de la televisión familiar.

Las propias experiencias del creador Scott Silveri, que creció como hermano de un hermano no verbal con parálisis cerebral, añaden una autenticidad obvia a la dinámica familiar, los desafíos físicos y las luchas emocionales de las familias con necesidades especiales, y Driver hace un giro encantador como Maya, la apasionada madre desquiciada de la serie. Pero la interpretación ganadora de Fowler como JJ -un personaje tan complejo y sorprendentemente divertido como cualquier otro adolescente con discapacidades típicas de la televisión- es el ingrediente secreto que hace de Sin palabras una serie de la que realmente merece la pena hablar.